El perdón es el dulce de la naturaleza.
El chocolate, los dulces e incluso las frutas crean dulzura, gusto y una excelente experiencia. En ocasiones nos llenamos de energía, desparece el dolor de cabeza y nos motiva a conquistar el mundo. Quizás puede sonar un poco exagerado pero en comparación con los dulces o el chocolate sí funciona.
La diferencia radica en que el dulce en las comidas sólo surte efecto por un periodo corto, lo siento…es un proceso.
Una vez que perdonamos y liberamos a veces podemos “conquistar al mundo.”
Muchos entienden el perdón como el Yom Kippur. Una vez al año, el significado especial del perdón es analizado antes del Yom Kippur y nos motiva a la reflexión, a la observación, nos da coraje y analizamos lo que ocurrió el año pasado: ¿A quién lastimé? ¿Quién me hizo daño? ¿Qué me incomoda? ¿Qué me detiene? ¿Qué quiero en mi vida? ¿Quiero perdonar y liberar?
Perdón y salud
Con el rencor llevamos un gran dolor y angustia. El dolor del odio puede afectar nuestra salud al bajar la presión arterial, los niveles del colesterol, la frecuencia cardiaca, la conciliación del sueño y originar enfermedades. Si no perdonas, sentirás constantemente sentimiento de venganza hostilidad, amargura, ira, miedo al futuro y en algunos casos tristeza y depresión. Todas estas sensaciones impactan mental y físicamente en tu salud.
Investigación
Muchos estudios sostienen la relación directa entre el perdón y la salud. Analiza por un instante: ¿Cuánto nos duele el enojo, el resentimiento y la culpa? ¿De qué manera estos sentimientos se adueñan de nosotros y nos controlan? Una investigación efectuada en Estados Unidos en la Universidad del Estado de la Florida, publicada en Julio de 2014 en la Revista Americana de Cardiología, determinó que las personas que perdonan protegen la salud y bienestar de su corazón por encima del odio, la agresión y la ira. La investigación estudió a 308 mujeres jóvenes y determinó que una actitud fácil en perdonar tiene un efecto positivo en el corazón.
Otro estudio americano llevado a cabo en la Universidad de Missouri que examinó a mujeres cristianas, publicado en febrero de 2014 en la Revista Religión y Salud estableció la relación entre la indulgencia y la tristeza. Si estamos más dispuestos a perdonar es menor la probabilidad de caer en depresión.
Los estudios sostienen la relevancia del perdón en nuestra salud.
No olvidar y no perdonar
Respeto- En ocasiones consideramos que si perdonamos o pedimos perdón nos humillaremos o nos sentiremos inferiores. El perdón es la manera de liberarnos o de disminuir la carga de la otra persona. El perdón es para nosotros. Permite liberarnos y conseguimos más espacio, mejor y más saludable.
Por lo general, no perdonamos porque el ego nos controla y en algunas oportunidades nos sube a un árbol muy alto y se nos hace difícil bajar. Supuestamente el ego nos protege de hacer cosas que nos lastimen. Nos cuida de dificultades, situaciones nerviosas y desagradables. El ego puede transformarse desde su papel inicial a un rol más conservador para quien lo padece. Representa un peligro para nosotros y para las relaciones de nuestro entorno.
No perdonar es tan pesado como un saco de papas para el cuerpo.

Un Cura Llamada Perdón
El perdón es el dulce de la naturaleza. El chocolate, los dulces e incluso las frutas crean dulzura, gusto y una excelente experiencia.

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