Tengo una confesión que hacer

Tengo una confesión que hacer: no creo en Dios. Durante años, traté de convencerme de que había un poder superior allá afuera, pero cuanto más lo pensaba, menos sentido tenía para mí. No podía reconciliar la idea de un ser benevolente con todo el sufrimiento e injusticia que veía en el mundo. Además, cuanto más aprendía sobre la ciencia y el mundo natural, más me daba cuenta de que no necesitaba una explicación sobrenatural para todo.

Ha sido difícil admitir esto a mis amigos y familiares, muchos de los cuales son religiosos. He intentado mantener las apariencias y seguir las prácticas y costumbres, pero se siente hipócrita. No quiero ofender a nadie o causar problemas, pero al mismo tiempo, siento que estoy viviendo una mentira.

Espero que algún día, las personas puedan aceptarme por quien soy, incluso si no comparten mis creencias. Mientras tanto, continuaré viviendo mi vida con amabilidad, compasión y respeto hacia los demás, independientemente de su fe o falta de ella.