Me dirijo a ti con una petición muy especial. Por favor, ayúdame a sanar de las heridas del pasado. Sé que has estado presente en todo momento, dándome fuerzas y consuelo, pero hay momentos en los que siento que las cicatrices emocionales aún me pesan.
Dios, te pido que me guíes en este camino de sanación. Ayúdame a perdonar a aquellos que me hicieron daño y a mí misma por las decisiones que tomé en el pasado. Líbrame de la amargura y el resentimiento que aún guardo en mi corazón.
Dame la paz y la tranquilidad necesarias para seguir adelante, dejando atrás el dolor y la tristeza. Confío en que Tú tienes el poder de sanar todas mis heridas y transformarlas en lecciones de amor y perdón.
Gracias por escuchar mis palabras y por estar siempre presente en mi vida. Confío en tu infinita bondad y misericordia. Amén.
Con fe y esperanza,