Querido,
Hoy me siento avergonzado(a) al recordar la forma en que reaccioné contigo. Quiero pedirte disculpas sinceras por haber dejado que la ira tomara el control de mis palabras y acciones. No hay excusa para la manera en que me comporté, y lamento profundamente haberte herido.
Sé que mi enojo no solo fue injustificado, sino también injusto hacia ti. Comprendo que mis palabras pudieron haberte causado dolor, y eso es algo que nunca quise.
Estoy reflexionando sobre cómo puedo manejar mejor mis emociones y evitar que situaciones como esta se repitan. Valoro mucho nuestra relación y no quiero que un momento de ira empañe lo que hemos construido.
Te pido perdón de corazón y espero que podamos hablar cuando te sientas listo(a). Estoy dispuesto(a) a escuchar y a aprender de esto para ser una mejor persona contigo.
Gracias por tu paciencia y comprensión.
Con cariño y humildad,