Me siento muy avergonzado y arrepentido mientras escribo esta carta. He cometido un acto grave y deshonesto que va en contra de mis valores y ética. Estoy aquí para confesar que he robado [describir el objeto o cantidad robada] de mi lugar de trabajo.
Entiendo completamente la gravedad de mis acciones y el impacto negativo que esto podría tener no solo en mí, sino también en mis compañeros de trabajo y en la empresa. Reconozco que he traicionado la confianza que se me había otorgado y estoy dispuesto/a a enfrentar las consecuencias de mis actos.
Mi plan es devolver lo robado lo antes posible y, si es necesario, pagar cualquier daño adicional que haya causado. Además, estoy dispuesto/a a asumir cualquier otro castigo o medida disciplinaria que la empresa considere apropiada, incluido el despido.
Estoy tomando este tiempo para reflexionar profundamente sobre mis acciones y buscar formas de corregir mi comportamiento en el futuro. Me he dado cuenta de la gravedad de lo que he hecho y estoy comprometido/a a aprender de este error tan serio.
Espero que esta confesión sirva como un primer paso para corregir el mal que he hecho y para empezar a recuperar aunque sea una pequeña parte de la confianza que he perdido.