Hola, Señor,
Reconozco que no siempre he vivido conforme a Tu voluntad. A veces me siento lejos de Ti, atrapado en mis debilidades y errores. Soy humano, y con facilidad caigo en el pecado, aun cuando mi corazón anhela agradarte.
Por eso hoy vengo ante Ti, con humildad, pidiéndote ayuda. Necesito de Tu misericordia, de Tu amor, de Tu gracia que restaura. No puedo hacerlo solo.
Guíame, Señor. Líbrame de todo lo que me aparta de Ti, de los enemigos visibles y los que no veo. Pon en mi corazón el deseo profundo de buscarte cada día, mientras aún puede encontrarse Tu presencia.
Mi familia y yo te necesitamos, más que ayer, más que nunca. Ven a nuestro hogar, a nuestro corazón, y haz Tu voluntad en nosotros.
Perdóname, Señor. Límpiame. Renuévame. Hazme más como Tú.
Con todo mi ser,
Amén.
