Dios mío

Lo siento, desde el fondo de mi corazón expreso remordimiento.
Que no aguanto tu experiencia, que a veces se rinde de antemano, que a pesar de todo lo bueno que tengo, elijo, lo siento.
Lo siento, no uso las herramientas que me diste como se suponía que debía hacerlo, lo siento, me siento mal y me humillé frente a mí.
Pido disculpas a todas las personas a mi alrededor que no veo que necesiten mi ayuda.
Perdón si no sé cómo pedirte perdón.

Adóptame para ti, y muéstrame la verdad que me hace bien.

Pedir perdón es esencial para mantener relaciones interpersonales saludables y armoniosas. Reconocer nuestros errores y disculparnos sinceramente demuestra empatía y respeto hacia los demás. Además, el acto de pedir perdón puede tener efectos positivos en nuestra salud mental y emocional. Al liberarnos del peso de la culpa y sanar heridas emocionales, podemos experimentar una reducción del estrés y una mejora en el bienestar general. En resumen, aprender a pedir perdón no solo beneficia nuestras relaciones, sino que también contribuye a nuestra salud y felicidad.