Querido Dios,
Hoy quiero confesar algo que me ha pesado durante mucho tiempo. Me siento culpable por haber sido deshonesto en una relación. He mentido y he engañado a una persona que me quería de verdad. Me siento lleno de remordimiento y arrepentimiento por haberla lastimado de esa manera.
Sé que mi comportamiento fue inaceptable y no tengo excusa para justificar mis acciones. Me he dado cuenta del daño que he causado y estoy dispuesto a asumir las consecuencias de mis actos. Me siento avergonzado de haber traicionado la confianza de alguien tan especial.
Te pido perdón a ti, Dios, y también a la persona a la que lastimé. Prometo que aprenderé de esta experiencia y haré todo lo posible por enmendar mis errores y ser una mejor persona en el futuro.
Gracias por escuchar mi confesión y por darme la oportunidad de redimirme. Espero poder recuperar la confianza de aquellos a quienes he defraudado. Me comprometo a actuar con honestidad y transparencia en todas mis relaciones a partir de ahora.
Con sincera humildad,
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