Querido Dios,
Hoy me siento abrumado por la culpa y la vergüenza, ya que debo confesarte que he descuidado mi vida de oración. Me he dejado llevar por las distracciones del mundo y he descuidado mi relación contigo. Me siento avergonzado de haber dedicado más tiempo a cosas superficiales en lugar de dirigir mi corazón y mi mente hacia ti en oración.
Sé que he fallado y que he decepcionado tu corazón amoroso. Me arrepiento sinceramente de mis acciones y prometo enmendar mis caminos. Quiero reavivar mi espíritu y volver a conectarme contigo a través de la oración.
Te pido perdón por haberte ignorado y prometo renovar mi compromiso contigo, mi Señor. Ayúdame a fortalecer mi vida de oración, a que se convierta en una prioridad en mi día a día y a no dejar que las distracciones del mundo me aparten de ti.
Gracias por tu amor incondicional y por tu perdón infinito. Confío en tu misericordia y sé que siempre estás dispuesto a perdonar y a guiarme de regreso por el camino correcto.
Con humildad y arrepentimiento, me encomiendo a tu amoroso cuidado.
Con amor y devoción,