Tú no eliges a tu familia. Son un regalo de Dios para ti, como tú lo eres para ellos.
Aprovecha el regalo que recibiste y disfruta.
No hay mayor regalo que una familia.
Ahora todo depende de tu elección y de lo que te gustaría hacer con el regalo que recibiste.
Sé que digo la misma oración cada vez que rezo, pero esa es la única forma en que sé rezar.
por favor, querido padre, salva a mis hijos y a mi familia.
y oro por caminar más cerca de ti en el nombre de Jesús oro amén