Gracias Dios por bendecirme con una familia tan maravillosa.
Dos hijos increíbles y un esposo que es tan cariñoso y solidario.
Gracias por la felicidad que trajiste a nuestro hogar, y que siga así para siempre.
Perdón de mí mismo
Que no me esfuerce más. Que no me esfuerzo. Que soy tan sensible y fácil de lastimar.
Que no tengo suficiente confianza en mí mismo y que a veces prefiero esconder la cabeza debajo de la almohada e ignorar el mundo y dejar que la tierra me trague para no pelearme con el aquí y el ahora.
Olvidame. Prometo esforzarme más.